Por ley tan natural como inmutable,
forzoso es que en el tiempo todo mute.
La ley no cambiará y no se discute
que nada es para siempre inalterable.
Es ley de todo el orbe inmensurable,
que por contradicción paradojal,
escapa del alcance universal
e incumple con su propia imposición
llevando siempre igual, sin variación
al cambio permanente y general.
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