Sacudile
tu poesía,
a
la mina que encarés,
bien
rimada y si podés,
con
un toque de osadía.
Volará
su fantasía
con
las alas de tu ingenio.
y
a la altura de tus sueños,
te
verás, al fin y al cabo,
de
la rima, poeta esclavo,
de
la mina, esclavo y dueño.
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