viernes, 1 de septiembre de 2017

Jaque


Era joven y el juego milenario,
en batallas con épicas vivencias
me inculcaba, entre audacias y prudencias,
el tesón y el respeto al adversario.
Hoy, que lucho evocando un escenario
de aperturas, defensas, contraataques,
la partida evidencia mis achaques
y el rigor del reloj y los rivales
¡Halle Dios, en su Libro de Finales,
la jugada elusiva de mi jaque!

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