Darwin
(Sobre iniciativa e ideas del Dr. Jorge Mazzoni,
para su hijo Maxi)
De carne su cuota
el cañón cobró
y la sangre dio
su postrera gota.
Golpeó la derrota
en
aciaga hora.
Son
huesos ahora
bajo
crucifijos
los
caídos hijos
que
Argentina llora.
FAL fueron fusiles,
Krupp fueron
cañones,
De heroicos
aviones,
fueron los
misiles.
Los pechos
viriles
pelearon las
tierras.
Pero el puño
cierra
y aprieta los
dientes
la rabia inocente
que perdió la
guerra.
Ululantes vientos,
largos
contraluces
donde frias
cruces
gimen
sufrimientos.
Y un suelo
irredento
sembrado de minas
por donde caminan,
inmunes y
hostiles,
los fantasmas
viles
que usurpan
Malvinas.
La Patria
doliente
descansa su
espada
y la voz sagrada
de un pueblo se
siente.
Es eco potente
continente
arriba.
Que su gloria
escriba
el historiador
y grite el clamor:
¡Que la Patria
viva!