Probada en las tristezas y alegrías,
templada entre flaquezas y bravuras,
nos une esta amistad, siempre segura,
sin chácharas de más, ni hipocresías.
Tenemos una fuerte sintonía
y un tácito convenio sin testigo.
Los códigos exigen, a su abrigo,
si cuadra la ocasión y sin un quejo,
honrarlo con el alma y el pellejo,
de amigo nada más, de puro amigo.
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