Chapa
lustrada 1 El doctor Jorge culmina su labor asistencial, ya guarda la
credencial y deja la medicina. No se sacará de encima, sin embargo, el
juramento y tendrá en cualquier momento que asistir a alguna urgencia o al eterno
hincha-paciencia medicarle el mal
aliento. 2 Jorge, gran profesional y magnífico colega, a sus méritos agrega el
de conocer su umbral. Tiene un código moral que le impide el macaneo y antes
del senil babeo, con setenta primaveras, abandona la trinchera del honesto
puchereo. 3 Consultorio en primer piso. Dilema en el interior: ¡¿Quién vendrá a
darle valor al esfuerzo que se hizo?! Imagina un torpe aviso: “Vendo
consultorio chiche”. En su adentro un seco espiche “Retiráte...” le susurra... “Ya
tenés que dar las hurras”. “Saludá y cerrá el boliche”. 4 Consultorio de su
viejo que no va a atender su hijo. Ve el final a plazo fijo. Lo clausura, con
festejo y hay detrás de su gracejo sentimientos encontrados. Un tranvía del
pasado le atraviesa la zabeca. Una lágrima se seca tras la esquina que ha doblado.
5 Consultorio:... Su epopeya cubrió 2 generaciones. Consultorio:... Hay
nubarrones en el cielo de su estrella.Y al ocaso van con ella los diplomas y
sus glorias, y las fichas con memorias de pacientes que enfermaron, que sanaron, que rezaron, que lloraron sus
historias. 6 Consultorio nostalgioso de la práctica privada, de la chapa bien
lustrada, del respeto religioso. Alto, umbrío, silencioso, como un templo... que
en su rito, rito íntimo y bendito entre médico y paciente, llamará: “pase el
siguiente” vanamente al infinito. 7 Consultorio
malherido de difícil curación, en el barrio institución de prestigio bien
habido donde Jorge, agradecido, tuvo techo y ocasión para su honda vocación por
el arte de curar. ¡ CONSULTORIO FAMILIAR ! ¡ BIEN CUMPLIDA LA MISIÓN !