Mails anónimos en varias calidades
compartiendo el mismo afán de difusión
van llenando cada día mi buzón
con sus seudo-superplus-genialidades.
Mis errores los prefiero a sus verdades,
mi ignorancia, a sus informes imprecisos.
No me vengan con ayudas sin permiso
ni con módicas lecciones ilustradas
tan eclécticas y bienintencionadas
como suelen ser las ristras de chorizos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario