Instrucciones para escribir una décima
El primero, atractivo y con suspenso
enganchando al lector para el segundo.
Si es posible, el tercero más profundo
y en el cuarto la rima del comienzo.
Ya en el quinto, un vistazo más extenso
porque el sexto define la final.
Brinda el séptimo su eco servicial
y hacen yunta el octavo y el noveno
preparando el remate neto y pleno
que pretende una idea original.
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Si respeta del
método los pasos
hasta un simple novato adormilado
puede
verse poeta consagrado
como Arjona, Copani
o Garcilaso.
Cuando gane el
diploma del fracaso
le dirán que no
chilla el calavera.
Vendrá el “Club
de Poetas de Tercera”
a cobrarle
matrícula y patente.
Pero
nunca habrá un mago,
ciertamente,
que le saque un lector de la galera.